En el pie geriátrico existe una pérdida de tejido adiposo y una mayor deshidratación. Estos dos factores hacen que sea más fácil la aparición de lesiones en los pies. A demás, en un número importante de pacientes nos encontramos con enfermedades crónicas que añaden más riesgos a esta situación (diabetes, problemas vasculares, artrosis, artritis, etc.). Por ello son aconsejables los cuidados periódicos realizados por el podólogo: