Cuando hablamos de cambios cinemáticos en el pie estamos hablando inexorablemente de cinética. Para producir cambios en el movimiento del pie primero ha de haber cambios en las fuerzas que actúan
en él. Cuando caminamos descalzos, las fuerzas activas procedentes del pie (acción) reciben una respuesta del suelo (FRS) en sentido contrario y con la misma dirección y magnitud (reacción). Esta
característica descrita en la tercera ley de Newton es la que nos permite caminar. Es la reacción del suelo la que nos empuja y por ese mismo motivo flotando en el agua no podemos caminar (salvo
una excepción histórica).
Sin embargo, cuando colocamos un soporte plantar SP en un calzado, estamos colocando un interfaz entre el pie y el suelo, por lo que la fuerza activa sigue siendo la misma pero las reactivas
procederán de dos elementos: calzado y SP (C-SP) y del suelo en último término (entendido como superficie plana). Si intentas ponerte de pie sobre el mar y no te llamas Jesús, lo más probable es
que te hundas. Sin embargo si lo haces sobre una tabla de surf, lo más probable es que puedas permanecer en pie (menos yo, que seguro que de mojarme no me libro). La tabla actúa de interfaz
variando la cinética de modo similar que el C-SP. Esto es de suma importancia para la efectividad de nuestro tratamiento.. Se trata de dos elementos (calzado y SP) que deben de estar en perfecta
comunión, interactuando juntos, complementándose mutuamente y en exquisita adaptación y ajuste con el pie, Solo de esta manera podremos canalizar de manera efectiva las FRS en una reacción
tridimensional que se oponga a los movimientos del pie. Mediante el C-SP “tridimensionamos” el suelo, aumentando la superficie de contacto con el pie y aumentando de ese modo las fuerzas de
reacción (como la tabla de surf).
Desde pequeño he sido usuario de SP. Presentaba un pie plano valgo de 3º grado a los seis años y como buen hijo de podólogo que se precie… sigo teniendo un pie plano de 3º grado. Esta
circunstancia me he dado la posibilidad de experimentar motu proprio en mi todo aquello que iba aprendiendo., unas veces con mayor acierto y otras no tanto. Lo que a lo largo de este via
crucis terapéutico me ha quedado claro es que de poco sirve cualquier técnica ó material, si el calzado no está bien ajustado o no es estable. Siguiendo con las confidencias personales os diré
que soy un vago del nudo, me quito los zapatos haciendo palanca uno contra el otro y me destrozo el dedo índice intentando ponérmelos. Cuando el nudo lleva siendo el mismo unos días el zapato
queda lo suficientemente desahogado para que mi SP no funcione correctamente, como resultado de ello el compartimento interno de mis rodillas empieza a protestar. Tres o cuatro días después de
que el dolor comience decido ponerle solución ajustándome de nuevo el calzado. El dolor desaparece de inmediato.
Este ejemplo personal pone de manifiesto lo que comentaba anteriormente. El ajuste C-SP se torna importantísimo para el control cinemático de nuestro SP. Dicho ajuste no puede ser el mismo en
calzados sin ningún elemento de cierre, en calzados con cordoneras, con correas, con cierres elásticos, con tiras con velcros (cuidado con estos que más que ajustar provocan un desplazamiento
lateral del conjunto pie-SP),… pero también dependerá del tipo de lazada, de la fuerza con que se ajusta y sobretodo… si se trata ó no de un vagonudos.
Las zapatillas técnicas de running suelen tener 7 ojales. El ojal situado más proximalmente (el 7º) suele ser olvidado por la mayoría de los usuarios así como por nosotros mismos como
profesionales. Sin embargo, la utilización de este presenta una serie de ventajas como son un mejor ajuste y un menor deslizamiento del pie dentro de la zapatilla, lo que nos facilita una mejor
funcionalidad de nuestro tratamiento al evitar licencias internas de movimiento. Además, la localización de este ojal, próximo a la articulación subastragalina (ASA), ofrece una ventaja mecánica
en el control cinemático de dicha articulación principalmente en el plano transverso, plano este en el que nuestro SP se torna menos efectivo.
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Pero que dice la bibliografía científica sobre todo esto…
Changes in running mechanics using conventional shoelace versus elastic shoe cover. Hong Y, Wang L, Li JX, Zhou JH. J Sports Sci. 2011 Feb;29(4):373-9.
El objetivo del estudio fue
determinar las diferencias existentes en cuanto al confort, las presiones plantares y los movimientos del retropié entre un calzado con cordoneras y un calzado con sujeción elástica.
Los resultados mostraron que la cubierta elástica mostro una valoración más baja en términos de longitud, anchura, ajuste del talón y amortiguación delantera. Además las zapatillas con sujeción
elástica mostraron un pico máximo de presión plantar en la zona lateral del antepie así como una máxima pronación del retropié comparadas con las zapatillas ajustadas con cordones.
Los autores sugieren que las zapatillas con cordones pueden mejorar el ajuste del pie con el calzado aumentando el confort, reduciendo las presiones plantares y la pronación máximas por lo que
pueden reducir el riesgo de lesiones al mejorar el control de dichos factores.
Effects of different shoe-lacing patterns on dorsal pressure distribution
during running and perceived comfort. Hagen M, Hömme AK, Umlauf T, Hennig EM.
Res Sports Med. 2010 Jul;18(3):176-87.
Midiendo las presiones dorsales bajo la lengüeta, encontraron que las
lazadas en el 7º ojal aumentaban la sensación de estabilidad sin aumentar significativamente dichas presiones. Los autores concluyen que el 7º ojal mejora el ajuste pie-zapatilla sin merma del
confort.
The effect of shoe lacing on plantar pressure distribution and in-shoe
displacement of the foot in healthy participants. Fiedler KE, Stuijfzand WJ,
Harlaar J, Dekker J, Beckerman H. Gait Posture. 2011 Mar;33(3):396-400
El objetivo del estudio fue medir las diferencias en la distribución de las presiones plantares y el desplazamiento del pie existentes entre un calzado sujetado confortablemente, flojo y
totalmente suelto.
El tiempo de presión aumento un 16.3% bajo el Hallux y un 14.5% bajo los dedos 2º a 5º, así como también aumento el desplazamiento del pie dentro del calzado en los casos de lazadas no
confortables.
No encontraron cambios significativos en el pico ni en el promedio de las presiones.
Effects of different shoe-lacing patterns on the biomechanics of running
shoes. Hagen M, Hennig EM. J Sports Sci. 2009 Feb 1;27(3):267-75.
Los autores midieron el rango de pronación del pie durante el contacto, la aceleración tibial y la distribución de las presiones plantares utilizando lazadas en diferentes ojales (1,2,3,6,7) y
tres maneras de ajuste (débil, medio y fuerte).
Los resultados mostraron que el rango y velocidad de la pronación fueron menores en las lazadas más apretadas y altas.
El menor pico de presión bajo el talón y zona lateral del pie fue para las lazadas en el 7º ojal.
La lazada en el 6º ojal con ajuste medio ofreció unos rangos y pico de presiones bajo el talón mayores que las lazadas en el 7º ojal sin disminución del confort.
Los autores sugieren que el ajuste pie-calzado mediante lazadas más altas es la mejor forma para optimizar las prestaciones del calzado deportivo y disminuir el riesgo de lesiones.
Como podéis concluir de los resultados de estos estudios, el ajuste del calzado afecta a la cinética/cinemática del pie. Es por este motivo por lo que se torna importante en el control de nuestro
SP e imprescindible en casos de deportistas que someten a sus pies a fuerzas mayores en magnitud y velocidad.
El único “pero” que pondría a los resultados anteriores es en cuanto al confort del 7º ojal. En muchas ocasiones la lazada tan proximal puede provocar una compresión excesiva a nivel del
retináculo de los extensores en la zona anterior del tobillo. Esta presión puede resultar molesta e incluso dolorosa, por lo que el usuario de este 7º ojal suele no ajustar la lazada a este nivel
mermando su efecto mecánico. Dándole vueltas, desarrollé una lazada que ajusta eficazmente la ASA reduciendo la presión dorsal en esta zona. Es un poco liosa, pero os animo a que la probéis seáis
usuarios de SP como si no lo sois.
Primeramente realizamos una lazada en Zigzag hasta el ojal nº5. A continuación pasamos el cordón por el 7º ojal (foto1) generando un puente entre ellos. Seguidamente lo pasamos por el interior de
la zapatilla por el ojal nº6 (foto2) y a continuación de nuevo por el nº5 generando un segundo puente más corto entre los ojales 5º y 6º (foto3). Ajustamos el puente entre 5º y 7º (fotos 4 y 5).
Seguidamente pasamos el extremo del cordón opuesto por el puente corto (entre 5º y 6º)(foto6). Volvemos a ajustar y realizamos el lazo (fotos 7 y 8).
Por último, si introducimos en Google términos como shoelace ó lacing, encontraremos infinidad de resultados sobre como realizar lazadas. Aquí os dejo unos enlaces sobre la elección más idónea de
la misma en casos de tener un pie estrecho, presión excesiva en el dorso del pie, compresión excesiva en los dedos, frecuentes hematomas subungueales en el primer dedo, deslizamientos del talón,
…
http://www.northcoastfootcare.com/pa...echniques.html
http://www.runnersworld.com/article/...2334-0,00.html
http://houstonrunningblog.blogspot.c...terns-for.html
http://www.sierratradingpost.com/lp2...ng-shoe-guide/
Espero que os haya servido de ayuda.
Saludos.
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CELIA (miércoles, 15 enero 2014 17:28)
Buenas tardes, mi nombre es Celia Sevilla y soy estudiante de Podología de la UMA. Quería felicitarle por su gran trabajo. No me refiero solo a la web sino por la gran presentación que nos mostró y por todo lo que nos enseñó cuando vino a visitarnos. Comento en esta entrada porque ha sido la que hasta ahora he podido poner en práctica, practicar los distintos tipos de lazada según patología, porque tengo un caso de jugadora de baloncesto con onicocriptosis en casa y bueno, aunque no deberí a jugar lo hace y se le ayuda como se puede.
Un gran saludo desde Málaga.